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martes, octubre 25, 2005

La regulación del poder estatal y el mercado a través de los actores sociales. La democracia del siglo XXI

"Este trabajo fue realizado como inicio a un portafolio que ire describiendo poco a poco en éste blog, y como principio del proyecto tesis el cual publicaré para quienes comienzan sus tesis y tengan una forma de orientarse en el proyecto, por ello pido paciencia al lector, ya que es un trabajo realmente arduo".

El proceso de elección de mi tema se centra principalmente por el anterior trabajo realizado en esta área que viene a fundamentar un poco mas mi bagaje en el tema y cerrar algunos cabos sueltos que se habrán destacado en alguno de mis trabajos anteriores. Además elijo este tema, ya que el trabajo de tesis que he propuesto para la obtención de título se centra principalmente en la crisis del Estado nación y las propuestas alternativas de gobernabilidad en América Latina. Esto ante la vigencia de las situaciones prácticas y concretas en que se desenmascaran nuevas luchas de clases y tensiones internas, crisis de gobernabilidad, introducción del mercado dentro del contexto de la política nacional, eliminación de las barreras político económico, político territoriales, etc.

Dentro de este marco histórico, las instituciones públicas se convierten en un referente clásico y demostrativo puro de las transformaciones a niveles macrosociales, y orientaciones directas de las tendencias políticas existentes en el continente, por lo que la Universidad se vuelve un reflejo, tanto en su sistema educativo (de contenido), en su sistema de ingreso (valores y principios sociales de acuerdo a las pautas de gobierno, como en su sistema de aseguramiento de la educación y definición de la educación (educación como derecho o mercancía).

Lo propuesto en anteriores trabajo se revitaliza, ya que la crisis del sistema de educación superior se agrava frente a la propuesta de una ley de financiamiento estudiantil que remueve las bases de la enseñanza superior, creando un clima de contingencia en donde las masas universitarias comienzan a sumarse a las manifestaciones masivas de carácter nacional. Con esto ¿Acaso no se ha puesto nuevamente sobre el tapete el derecho a la Educación a través de su nueva reconceptualización por los actores sociales? ¿Es cierto que el mercado de capitales por fin desea privatizar la Educación Superior Pública estatal? ¿Dónde esta el Estado?

La pregunta surge en torno a la situación en la que se encuentran los gobiernos en América Latina, tanto antes y pos de realizados los procesos eleccionarios, que en la gama de discursos políticos presentan un carácter social y comprometido, en términos nacionalistas con la ciudadanía, el desarrollo, el crecimiento económico y el progreso. Este sector pequeño burgués, genera históricamente un “vínculo” electoral-imperialista. El ‘vínculo’ no es una simple imposición sobre la ex centro-izquierda, sino el resultado de la dinámica interna de una derechización de estos partidos y líderes cuando buscan mayor movilidad social, enriquecimiento familiar, influencia política y estatus social. Las “presiones del imperialismo” refuerzan las inherentes tendencias reaccionarias entre los electoralistas arribistas pequeño burgueses.

En nuestras sociedades la organización de los intereses se reforzó enormemente, el asociacionismo se expandió y adquirió nuevas formas (la de las ONG’s, por ejemplo), el mercado ganó más espacio y el Estado retrocedió. Hay de hecho una gran pluralidad de movimientos, acciones y organismos que se enraizan en un terreno no propiamente reglamentado en términos estatales: Que escapan, digámoslo así, tanto de la lógica operacional y de los controles del Estado, como de sus fronteras. Así nuevamente se vuelven a tomar temáticas que tienen un carácter transversal en sus definiciones, una cierta resolución dialéctica que solo puede ser acompañada de un análisis de la composición total de la sociedad en su conjunto. Una redefinición de los postulados más concretos y vivos de las contradicciones sociales en el diálogo de la sociedad con el estado, y el dialogo de este con el sector poseedor del capital privado de la sociedad que con la actual integración y expansión de los mercados, y que en épocas anteriores operaron como inequívoco factor de agregación e estructuración de acciones colectivas, pasaron a dar libre curso a intereses siempre más particulares y disgregados. Por ello mismo entrando en contra de todo un sector amplio de la sociedad dialógico y organizada colectivamente.

A partir del proceso de globalización se encuentran presentes fuerzas potencialmente fragmentadoras y fuerzas de unificación, ya que la globalización es un proceso que tanto como unifica y desintegra, la sociedad en su conjunto tiene su forma de generar un método de asumir estas consecuencias de la globalización, por lo que entran en el escenario fuerzas que se contraponen entre si, y que representan distintos intereses económicos, políticos, etc.

Dentro de las fuerzas potencialmente fragmentadoras podríamos incluir las siguientes:
a) La acumulación, el mercado y la concurrencia;
b) La diferenciación y la movilidad sociales;
c) La individualización;
d) La cultura consumista y narcisista;
e) La defensa corporativa estrecha de intereses; y
f) La despolitización.

Y entre las fuerzas de unificación, estarían:
a) El Estado y las instituciones políticas;
b) El asociacionismo;
c) Los partidos políticos;
d) La educación para la ciudadanía y la cultura cívica;
e) La democratización; y
f) La gestión pública democrática.

Al entrar en contradicción estas fuerzas, nos encontramos con los siguientes fenómenos:

a) La crisis del Estado, de la política y de la democracia representativa, junto con la diferenciación social, lleva a que la sociedad civil se proyecte, gane nuevas formas y asuma nuevos encargos.
b) La globalización enflaquece las organizaciones e instituciones públicas, estimula la idea de que el Estado no funciona y sugiere que la sociedad civil debe substituirlo.
c) En este proceso, la sociedad civil se expande, pero también se fragmenta. No se trata de mera diversificación o pluralización -que serían señales de fuerza-, sino de pérdida de cohesión: ella se congestiona de acciones y movimientos, mas no consigue ubicarse como espacio de unificación y agregación.
d) Una sociedad civil fragmentada es impotente. No se estructura como base de avances sociales sustentables ni consigue funcionar como factor de garantía de políticas públicas democráticas. La fragmentación de la sociedad civil fragiliza las bases de la contestación, bloquea la democracia e incentiva la improductividad de los gobiernos.
e) La conversión de la sociedad civil en escenario de la recomposición social depende de esfuerzos eminentemente políticos, dedicados a promover unificaciones y agregaciones superiores. El propio gobernar depende, hoy, de esfuerzos de este tipo. Los gobiernos mejoran en la medida en que son articulados por la sociedad civil e integran la sociedad civil a la gestión.
Mi revisión bibliográfica se centró principalmente en autores de la talla de Noam Chomsky, James Petras, Marta Hanacker, Herbert Marcuse, Tomas Moulian, Karl Marx, Friederich Engels, Gabriel Salazar, entre otros, los cuales me han otorgado pistas en torno a las preguntas que me he realizado hasta el momento a partir de los hechos empíricos que es posible contemplar en el plano nacional e internacional de América Latina. La llamada inestabilidad de los gobiernos del altiplano, el intento de algunos analistas políticos culturalistas por entregar las causas a la raza, las multitudinarias manifestaciones populares dadas en nuestro continente, MST, FARC-EP, la situación de Chiapas, las acciones locales en nuestro país en contra de la planificación de mercado me invitan a recuperar estas formas de regulación de la misma sociedad civil, de las clases sociales marginadas, de los que hoy buscan integración y revolución.

La estrategia utilizada fue simple: Reconocer un fenómeno social de características masivas, que implicara la organización del bajo pueblo, en donde la cuestión del poder se presentara como manifestación aparte de las condiciones objetivas de reivindicación. Luego, fue fundamentar teóricamente que este es un fenómeno masivo, etc. (por ello el requerimiento de libros, artículos, revistas, etc.), y contrastarlo nuevamente con fenómenos de carácter nacional y local. Por el momento la estrategia esta fundamentada así: Hacer de una abstracción algo concreto, y es por ello que el proceso tiene principios dialécticos, tanto en la recopilación de la información como en la elaboración de la fundamentación. Teoría y practica no se contraponen sino que se complementan.

El rol del sociólogo se entreve al sopesar una absolutización del proyecto de “Ilustración”, de una razón instrumental guiada por principios técnico-cientificistas. Esta colonización del mundo de la vida hace que sea necesario

Por ello, el conformar nuevas estrategias comunicativas entre los actores sociales, el generar espacios de discusión dentro del imaginario estudiantil, el otorgar un nuevo sentido y proyecto al movimiento estudiantil en Chile, son luchas dignas de llevar a cabo desde nuestra posición potencial de vanguardia intelectual, el ser “levadura de las masas” no es tan ridículo, cuando nos detenemos a pensar que tenemos realmente las capacidades de realizar diagnósticos organizacionales, análisis macro funcionales, análisis estructurales, comunicativos, etc.

La idea fue concretar las consecuencias de la economía política de la globalización, es decir, el fundamento clave que da paso al nacimiento de organizaciones de regulación, reivindicativos, y en sustento democrático, pero que no tienen integración dentro de la planificación del gobierno. La idea es por lo tanto mostrar los procesos que se dan en una sociedad que no tiene los canales democráticos de participación y decisión hacia los ciudadanos, sino que resuelve todo en un marco cerrado de capitales y promesas.

Deseo rescatar los discursos políticos de cada uno de los entes involucrados en el proceso de manifestación y planificación, de reivindicación y decisión, ya que ambos aluden a un principio certero que es el de democracia, pero que conceptualmente esta elaborado de distinta forma por varios sectores. Esto solo es comprobable con datos empíricos, con una operacionalización de los discursos a través de un proceso lógico-semántico.