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martes, octubre 25, 2005

¿Qué hacemos ahora que estamos en 5º año de la Carrera de Sociología?

La mayoría sabíamos que tarde o temprano llegaría algún día este maldito momento. Claro, el comienzo de la instrucción nos aseguraba un destino distinto, una proyección como sujetos y personas distinta a la constante venta de la actividad creativa de los profesionales de las ciencias sociales en el sistema de mercado. Pero ¿Qué opción nos queda como personas pensantes y contrarias a lógicas fácticas de las instituciones existentes? ¿Una posición de burgués reformista? ¿Una posición de hombre de sillón y de pipa en la boca mirando con repudio las noticias día tras día hasta el final de sus días? ¿Formaremos familias y veremos extintos nuestros sueños, veremos acabada la consecuencia que mucho tiempo predicamos como baluarte de nuestra existencia y nos ahogaremos en el silencio de las instituciones, en la lógica empresarial o gubernamental? ¿Qué hacemos ahora que estamos en 5º año de la Carrera de Sociología?

Bueno, parece que las esperanzas, y las mismas expectativas y oportunidades se desenvuelven conjuntamente en un entramado laberinto muy difícil de evitar. Vemos que todos los actores están confabulados en esta novela para que caigamos en el túnel, para que parezca nuestro irremediable destino, nuestro fatal e irremediable futuro. Claro que a la hora de pensar el futuro es difícil no poder pensar en comida y ropa, etc., y más difícil se hace cuando se sabe que estas cosas son necesarias para nuestra subsistencia, por lo que comenzamos a prever como viviremos el resto de nuestros años, el resto de nuestras vidas y, obviamente, como conseguiremos estar vivos, es decir, ¿Cómo conseguiremos lo necesario para subsistir?

Cuando aparece la respuesta, que la mayoría de las veces esta relacionada directamente con la consecución de un salario, se encuentra la segunda contradicción: ¿Qué trabajo no entrará en contradicción con nuestros propios ideales, nuestra propia moral y los frutos de nuestro pensamiento? Quizás no somos muchos los que nos preguntamos esto, pero es una pregunta que se me ha clavado en la mente en este proceso de mi vida, y que creo que muchos de mis compañeros y compañeras la están manejando en sus reflexiones personales.

Cuando en el congreso de Iquique expuse una nueva lógica de abordar la enseñanza y los contenidos de la misma en la Universidad, estaba centrada en la discusión que hoy estamos dando, discusión que se me escapó de las manos cuando me di cuenta, a través de varias conversaciones que involucraban principalmente la integración de individuos en el ambiente profesional, que no parecía haber cabida para los sujetos que tenemos perspectivas disidentes con el mismo sistema, por lo que se presentaba la duda ¿Cómo subsistir consecuentemente en la sociedad actual?

La regulación del poder estatal y el mercado a través de los actores sociales. La democracia del siglo XXI

"Este trabajo fue realizado como inicio a un portafolio que ire describiendo poco a poco en éste blog, y como principio del proyecto tesis el cual publicaré para quienes comienzan sus tesis y tengan una forma de orientarse en el proyecto, por ello pido paciencia al lector, ya que es un trabajo realmente arduo".

El proceso de elección de mi tema se centra principalmente por el anterior trabajo realizado en esta área que viene a fundamentar un poco mas mi bagaje en el tema y cerrar algunos cabos sueltos que se habrán destacado en alguno de mis trabajos anteriores. Además elijo este tema, ya que el trabajo de tesis que he propuesto para la obtención de título se centra principalmente en la crisis del Estado nación y las propuestas alternativas de gobernabilidad en América Latina. Esto ante la vigencia de las situaciones prácticas y concretas en que se desenmascaran nuevas luchas de clases y tensiones internas, crisis de gobernabilidad, introducción del mercado dentro del contexto de la política nacional, eliminación de las barreras político económico, político territoriales, etc.

Dentro de este marco histórico, las instituciones públicas se convierten en un referente clásico y demostrativo puro de las transformaciones a niveles macrosociales, y orientaciones directas de las tendencias políticas existentes en el continente, por lo que la Universidad se vuelve un reflejo, tanto en su sistema educativo (de contenido), en su sistema de ingreso (valores y principios sociales de acuerdo a las pautas de gobierno, como en su sistema de aseguramiento de la educación y definición de la educación (educación como derecho o mercancía).

Lo propuesto en anteriores trabajo se revitaliza, ya que la crisis del sistema de educación superior se agrava frente a la propuesta de una ley de financiamiento estudiantil que remueve las bases de la enseñanza superior, creando un clima de contingencia en donde las masas universitarias comienzan a sumarse a las manifestaciones masivas de carácter nacional. Con esto ¿Acaso no se ha puesto nuevamente sobre el tapete el derecho a la Educación a través de su nueva reconceptualización por los actores sociales? ¿Es cierto que el mercado de capitales por fin desea privatizar la Educación Superior Pública estatal? ¿Dónde esta el Estado?

La pregunta surge en torno a la situación en la que se encuentran los gobiernos en América Latina, tanto antes y pos de realizados los procesos eleccionarios, que en la gama de discursos políticos presentan un carácter social y comprometido, en términos nacionalistas con la ciudadanía, el desarrollo, el crecimiento económico y el progreso. Este sector pequeño burgués, genera históricamente un “vínculo” electoral-imperialista. El ‘vínculo’ no es una simple imposición sobre la ex centro-izquierda, sino el resultado de la dinámica interna de una derechización de estos partidos y líderes cuando buscan mayor movilidad social, enriquecimiento familiar, influencia política y estatus social. Las “presiones del imperialismo” refuerzan las inherentes tendencias reaccionarias entre los electoralistas arribistas pequeño burgueses.

En nuestras sociedades la organización de los intereses se reforzó enormemente, el asociacionismo se expandió y adquirió nuevas formas (la de las ONG’s, por ejemplo), el mercado ganó más espacio y el Estado retrocedió. Hay de hecho una gran pluralidad de movimientos, acciones y organismos que se enraizan en un terreno no propiamente reglamentado en términos estatales: Que escapan, digámoslo así, tanto de la lógica operacional y de los controles del Estado, como de sus fronteras. Así nuevamente se vuelven a tomar temáticas que tienen un carácter transversal en sus definiciones, una cierta resolución dialéctica que solo puede ser acompañada de un análisis de la composición total de la sociedad en su conjunto. Una redefinición de los postulados más concretos y vivos de las contradicciones sociales en el diálogo de la sociedad con el estado, y el dialogo de este con el sector poseedor del capital privado de la sociedad que con la actual integración y expansión de los mercados, y que en épocas anteriores operaron como inequívoco factor de agregación e estructuración de acciones colectivas, pasaron a dar libre curso a intereses siempre más particulares y disgregados. Por ello mismo entrando en contra de todo un sector amplio de la sociedad dialógico y organizada colectivamente.

A partir del proceso de globalización se encuentran presentes fuerzas potencialmente fragmentadoras y fuerzas de unificación, ya que la globalización es un proceso que tanto como unifica y desintegra, la sociedad en su conjunto tiene su forma de generar un método de asumir estas consecuencias de la globalización, por lo que entran en el escenario fuerzas que se contraponen entre si, y que representan distintos intereses económicos, políticos, etc.

Dentro de las fuerzas potencialmente fragmentadoras podríamos incluir las siguientes:
a) La acumulación, el mercado y la concurrencia;
b) La diferenciación y la movilidad sociales;
c) La individualización;
d) La cultura consumista y narcisista;
e) La defensa corporativa estrecha de intereses; y
f) La despolitización.

Y entre las fuerzas de unificación, estarían:
a) El Estado y las instituciones políticas;
b) El asociacionismo;
c) Los partidos políticos;
d) La educación para la ciudadanía y la cultura cívica;
e) La democratización; y
f) La gestión pública democrática.

Al entrar en contradicción estas fuerzas, nos encontramos con los siguientes fenómenos:

a) La crisis del Estado, de la política y de la democracia representativa, junto con la diferenciación social, lleva a que la sociedad civil se proyecte, gane nuevas formas y asuma nuevos encargos.
b) La globalización enflaquece las organizaciones e instituciones públicas, estimula la idea de que el Estado no funciona y sugiere que la sociedad civil debe substituirlo.
c) En este proceso, la sociedad civil se expande, pero también se fragmenta. No se trata de mera diversificación o pluralización -que serían señales de fuerza-, sino de pérdida de cohesión: ella se congestiona de acciones y movimientos, mas no consigue ubicarse como espacio de unificación y agregación.
d) Una sociedad civil fragmentada es impotente. No se estructura como base de avances sociales sustentables ni consigue funcionar como factor de garantía de políticas públicas democráticas. La fragmentación de la sociedad civil fragiliza las bases de la contestación, bloquea la democracia e incentiva la improductividad de los gobiernos.
e) La conversión de la sociedad civil en escenario de la recomposición social depende de esfuerzos eminentemente políticos, dedicados a promover unificaciones y agregaciones superiores. El propio gobernar depende, hoy, de esfuerzos de este tipo. Los gobiernos mejoran en la medida en que son articulados por la sociedad civil e integran la sociedad civil a la gestión.
Mi revisión bibliográfica se centró principalmente en autores de la talla de Noam Chomsky, James Petras, Marta Hanacker, Herbert Marcuse, Tomas Moulian, Karl Marx, Friederich Engels, Gabriel Salazar, entre otros, los cuales me han otorgado pistas en torno a las preguntas que me he realizado hasta el momento a partir de los hechos empíricos que es posible contemplar en el plano nacional e internacional de América Latina. La llamada inestabilidad de los gobiernos del altiplano, el intento de algunos analistas políticos culturalistas por entregar las causas a la raza, las multitudinarias manifestaciones populares dadas en nuestro continente, MST, FARC-EP, la situación de Chiapas, las acciones locales en nuestro país en contra de la planificación de mercado me invitan a recuperar estas formas de regulación de la misma sociedad civil, de las clases sociales marginadas, de los que hoy buscan integración y revolución.

La estrategia utilizada fue simple: Reconocer un fenómeno social de características masivas, que implicara la organización del bajo pueblo, en donde la cuestión del poder se presentara como manifestación aparte de las condiciones objetivas de reivindicación. Luego, fue fundamentar teóricamente que este es un fenómeno masivo, etc. (por ello el requerimiento de libros, artículos, revistas, etc.), y contrastarlo nuevamente con fenómenos de carácter nacional y local. Por el momento la estrategia esta fundamentada así: Hacer de una abstracción algo concreto, y es por ello que el proceso tiene principios dialécticos, tanto en la recopilación de la información como en la elaboración de la fundamentación. Teoría y practica no se contraponen sino que se complementan.

El rol del sociólogo se entreve al sopesar una absolutización del proyecto de “Ilustración”, de una razón instrumental guiada por principios técnico-cientificistas. Esta colonización del mundo de la vida hace que sea necesario

Por ello, el conformar nuevas estrategias comunicativas entre los actores sociales, el generar espacios de discusión dentro del imaginario estudiantil, el otorgar un nuevo sentido y proyecto al movimiento estudiantil en Chile, son luchas dignas de llevar a cabo desde nuestra posición potencial de vanguardia intelectual, el ser “levadura de las masas” no es tan ridículo, cuando nos detenemos a pensar que tenemos realmente las capacidades de realizar diagnósticos organizacionales, análisis macro funcionales, análisis estructurales, comunicativos, etc.

La idea fue concretar las consecuencias de la economía política de la globalización, es decir, el fundamento clave que da paso al nacimiento de organizaciones de regulación, reivindicativos, y en sustento democrático, pero que no tienen integración dentro de la planificación del gobierno. La idea es por lo tanto mostrar los procesos que se dan en una sociedad que no tiene los canales democráticos de participación y decisión hacia los ciudadanos, sino que resuelve todo en un marco cerrado de capitales y promesas.

Deseo rescatar los discursos políticos de cada uno de los entes involucrados en el proceso de manifestación y planificación, de reivindicación y decisión, ya que ambos aluden a un principio certero que es el de democracia, pero que conceptualmente esta elaborado de distinta forma por varios sectores. Esto solo es comprobable con datos empíricos, con una operacionalización de los discursos a través de un proceso lógico-semántico.

Jornadas de Reflexión Sociológica 2005-06

"Este texto abre un proceso de discusión que comienza a gestarse como iniciativa conjunta de un grupo de estudiantes y un de los profesores dentro de la carrera de Sociología en la Universiad de la Frontera. Se consta de un programa que es presntado a la institucionalidad para asegurar su particpación y apoyo en infraestructura, económico y social"


Desde comienzos de la década de los 80, la Educación superior comenzó un proceso en que se reformuló sus objetivos para iniciar un proceso que acercara la instrucción a la lógica profesionalizante y de mercado, que veía en la Universidad el eje de la reproducción de una economía injusta a través de la formación de una elite o nobleza que debía en el futuro ocupar los puestos productivos más importantes en la sociedad, acentuando una división social del trabajo, y la inequidad en la distribución del ingreso.

Lo que es claro para el estudiante de ciencias sociales es que éste proceso traería consecuencias en el aprendizaje, ya que la anterior nivelación existente entre ciencia y profesión fue rota por el ingreso indiscriminado de los intereses del mercado sobre el desarrollo mismo de las disciplinas, dejando a merced la colonización de la razón ilustrada por la racionalidad instrumental como tal.

La decadencia de las disciplinas de las ciencias sociales, como la sociología, se ven no sólo en el desarrollo de las temáticas a tratar, las que cada vez más se refieren a particularidades en donde la teoría es un adorno bastante modesto, sino que también radica en la autoflagelación que está teniendo las ciencias sociales en relación con la reflexión social en el hacer social. Esto implica toda una lógica de las ciencias sociales, las cuales no están reaccionando ante la depredación de sus fundamentos epistemológicos, metodológicos, etc.

Desde éste punto de vista, los sociólogos del futuro están perdiendo el cuestionamiento a la misma sociedad, a las contradicciones presentes en la sociedad, y más que nada un desinterés creado (en las aulas, en la malla curricular, etc.) de no asumir temáticas que requieran de un análisis más amplio de la sociedad en su conjunto. Esto limita el contacto de los estudiantes en relación con los problemáticas, reformas, etc. que están implicando una transformación de lo que llamamos realidad.

Pero en ésta medida encontramos una contradicción que radica en el desconocimiento de lo aprensible, en lo particular, en lo profesional como campo laboral. ¿Cómo llegamos a ello si hablamos de la preponderancia de la lógica profesionalizante? El sociólogo debe saber que las dimensiones macro sociales siempre tendrán una influencia directa en lo concreto (síntesis de múltiples determinaciones), en ello radica que el desconocimiento de temas que abarcan la consistencia de la sociedad chilena hacen que del sociólogo un personaje desnudo frente a su campo laboral, ya que el contar con las herramientas (teóricas, metodológicas, etc.) no basta para desarrollar la disciplina y la ocupación laboral: Si no que debe existir una correlación entre el conocimiento formal de la disciplina y el conocimiento informal acerca de las características de nuestro propio entorno, relación que nos conecta de forma directa con el hacer sociología y, más específicamente, teoría social.

El fantasma del desconocimiento acerca de la labor práctica del sociólogo en el sistema productivo y laboral, que como explicamos consiste en un alejamiento y desconocimiento de las condiciones de desarrollo de la sociedad, hace que varios compañeros desvalorizan su propia disciplina frente a las demás existentes en las ciencias sociales. En éste punto es donde se pretende intervenir, pero no tan sólo de forma pasiva, sino que en forma activa. Me explico.

La intención de estas jornadas se hace necesaria en búsqueda de una conciliación entre ciencia y profesión, actuando pasivamente en el reconocimiento de los procesos en que la sociedad chilena se va enmarcando hacia un proyecto de sociedad, y a la vez suscitar activamente la discusión y la reflexión sociológica acerca de temáticas que se encuentran en materia de discusión en la disciplina actualmente en nuestro continente. En este sentido, el sociólogo debe ser capaz de salir de esa burbuja de comprensión de la realidad para entender los contextos histórico-biográficos que componen la sociedad, debe buscar niveles de comprensión que sobrepasen el típico comentario de la opinión publica.

Por ello se han considerado los procesos de transformación que presenta la región de la Araucanía dentro de un contexto nacional de la planificación, de investigación y de superación de problemas que se centran en el debate de la pobreza, el desarrollo social, desarrollo sustentable, etc. Mientras que también se han considerado temáticas que abordan la identidad, la cultura, la política, gobernabilidad, legitimidad, etc.

De esta forma se hace necesario que los contextos o el espacio social se hagan presentes en la formación del sociólogo, como lo es en la de cualquier ser humano que desea satisfacer sus necesidades, ya que en ésta premisa radica el desarrollo de una disciplina que reúne en sus fundamentos el trabajo de Academia, en donde la discusión y la reflexión abunden para el diálogo y el debate que permitan construir una visión sociológica de la sociedad desde la IX región, y, por supuesto, desde la Universidad de la Frontera.

Esto último es muy importante, y compone el centro de la discusión por la cual estas jornadas deben estar apoyadas por la institucionalidad, ya que la UFRO no puede proclamarse a sí misma una universidad implicada en el desarrollo social de la región, cuando no tiene hecho un diagnóstico de la región de la Araucanía desde una perspectiva sociológica que le permita comprender y aprehender la realidad de la región. Esto sólo será posible en cuanto incentive el trabajo de Academia de la carrera de sociología, la cual tiene el rol de desarrollar una discusión y estar inserta en los procesos de planificación e intervención que lleve a cabo la Universidad para asegurar su éxito o un logro de mucha mayor envergadura.

A la vez, las Jornadas de Reflexión 2005-2006 son la recuperación de un vínculo perdido dentro del aprendizaje, y a la vez un puente de la Universidad de la Frontera con el resto de la comunidad universitaria y académica nacional y latinoamericana. El iniciar éste proceso tiene como base sentar, a través de principios extraviados en el desarrollo de la disciplina, un desarrollo intelectual sin precedentes en el área sociológica en el ámbito nacional. El lograr institucionalizarla y darle un carácter formal, seguro debe considerado como un avance de nuestra Universidad en su búsqueda por la excelencia académica y la búsqueda de la verdad.




domingo, octubre 02, 2005

¿Por qué pasar de Habermas a Bourdieu? del lenguaje a la democracia


Para el trabajo que realicé y presenté a vuestra persona, presentaba una inquietud bastante amplia frente a lo que significaban términos como pragmática universal en un espectro de constitución de una realidad democrática. Ya que la pragmática universal aparecía como una ciencia reconstructiva de los principios de habla, pude llegar a la realidad misma pensando en una reconstrucción de los vínculos comunicativos fijados en principios democráticos de comunicación, que solo pueden ser comparables en la teoría a la acción comunicativa, a la acción comunicativa como acto de entendimiento comunicativo.

Lo que se puede verificar, es que si la acción comunicativa actuara en la vinculación y entendimiento de los agentes o actores, podríamos hablar de un principio de reconocimiento del otro como un igual, como un sujeto que comunica y al cual es comunicable, por ello entendí que dentro de esa relación existía un fundamento de legitimidad y reconocimiento mutuo que fundaba un diálogo sujeto a los márgenes que sustentan una vinculación democrática con la realidad y con el principio de gobierno democrático.

Ahora, la situación se complica cuando los principios o las acciones comunicativas pierden toda vinculación en la conceptualización de un objeto, institución, etc. sin que exista el reconocimiento de parte de los actores de la distinción formulada por cada uno de ellos. Es decir, no existe un “consenso” que atribuya una identificación vinculante de entendimiento entre los sujetos participantes en el diálogo.

La transformación del diálogo en una determinación de la realidad, mas allá de los principios de encontrar a través de la comunicación un fundamento de consenso mutuo entre los actores, se traduce en un quiebre no solamente en el lenguaje, sino que en los fundamentos de la política democrática. Ya que la determinación de la realidad viene dada por distintos factores que no pueden ser incluidos en su totalidad y hacen una exclusión-distinción, dada la gran complejidad desatada por fuerzas que interactúan en la formulación de un concepto.

Eso me llevo a una sola idea: la determinación de la realidad era afrontada desde una postura política que deslegitimaba los canales comunicativos de la democracia, y se sumaba a un proceso de conceptualización del mundo social de una forma netamente ideológica, obedeciendo a principios comunicativos que escapaban a la legitimidad de la semántica utilizada por el gobierno, régimen y estado, sino que iniciaba un proceso de conceptualización político propio a nivel de clases sociales, ya que eran estas las excluidas en la elaboración discursiva de Estado. Es decir, el poder se pone nuevamente en la antesala del lenguaje, ya que este poder, que se manifiesta en el capital en Bourdieu, da una configuración más amplia y menos abstracta de la comunicación (esto en el sentido material de la configuración de los nexos comunicativos en las estructuras estructurantes).

De esta forma Bourdieu contribuye a abrir el espacio de la lucha política por la determinación o reproducción de la realidad (fines no excluyentes), por lo que la democracia sufre un principio básico en su reproducción dialógica entre los sujetos, los cuales han generado un vínculo distinto en su accionar por causas netamente representativas del sistema político en su totalidad.

Cuando del lenguaje viene un mensaje en códigos de exclusión, la respuesta es inevitablemente la configuración de un mensaje de poder e inclusión de parte del excluido. La violencia comunicativa se desata y ya no es remediable a través del entendimiento, sino que a través de los procesos que configuran la deslegitimidad de la democracia, y que abren nuevos espacios de acción comunicativa y política.